El Domingo de Ramos es simbólicamente la “puerta de entrada” a la Semana Santa

 

Este 25 de Marzo se celebra el Domingo de Ramos y en todos los  Templos Parroquiales Católicos se bate alegremente una palma para simbolizar la entrada de Jesucristo a Jerusalén.

El Día de Ramos es simbólicamente la “puerta de entrada” en la que los cristianos se preparan para entrar en la Semana Santa y, por tanto, para dirigirse a la Pascua. Todavía hoy, como en tiempos de Jesús, la bendición de las palmas atrae a multitudes.

Aclaman a Jesús a las voces “Bendito el que viene en nombre del Señor” y “Hosanna” (en hebreo, esto significa literalmente “¡Salva, pues!”, y se ha convertido en una exclamación de triunfo pero también de alegría y de confianza).

Jesús es un Rey pero un Rey de paz, de humildad y de amor. Sobre un asno, una montura modesta, un animal de carga, el Señor se presenta a la multitud. Zacarías había anunciado (9,9): “He aquí que viene a ti tu rey: justo él y victorioso, humilde y montado en un asno, en un pollino, cría de asna”.

 

La gente tendía sus mantos a su paso, lo cubría de palmas, como relata Mateo en su Evangelio: “La gente, muy numerosa, extendió sus mantos por el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino” (Mt 21,8).

Conoce más de esta celebración litúrgica con estos siete datos del Domingo de Ramos:

 

  • El Domingo de Ramos abre la Semana Santa, con el recuerdo de las palmas y de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Mateo, se le reconoce como un rey y el Mesías que viene a salvar la humanidad de sus pecados.

 

  • El Día de Ramos es simbólicamente la “puerta de entrada” en la que los cristianos se preparan para entrar en la Semana Santa y, por tanto, para dirigirse a la Pascua.

  • Todavía hoy, como en tiempos de Jesús, la bendición de las palmas atrae a multitudes y se realiza en todas las iglesias. En el Vaticano el papa Francisco dirige la misa y bendice las palmas de los presentes.

 

  • Las frases “Bendito el que viene en nombre del Señor” y “Hosanna” en hebreo, significan literalmente “¡Salva, pues!”, y se han convertido en una exclamación de triunfo pero también de alegría y de confianza.

 

  • El olivo es el árbol típico de la región donde vivió Jesús. Por eso los habitantes de Jerusalén salieron al encuentro de Jesús con ramos de olivo.

 

  • La Misa de este día tiene dos momentos importantes: la procesión y bendición de los ramos y la lectura de la Pasión.

 

  • Los ramos benditos se llevan a la casa como signo de la bendición de Dios, de su protección y ayuda. Los ramos se colocan sobre un crucifijo o cuadro religioso y es un sacramental, o sea nos recuerdan algo sagrado.

 

Redacciòn