«Son en los pobres y los humildes, a quienes se revela el misterio del amor de Dios con mayor nitidez”. Francisco en Cartagena

Francisco se golpeó con el Papamóvil por tratar de saludar un niño en Cartagena

El escolta no le estaba secando el sudor al Papa Francisco, como muchos pensaron: el Sumo Pontífice se golpeó con el vidrio del papamóvil y en menos de cinco de minutos, ya tenía un morado debajo de su pómulo izquierdo.

El accidente ocurrió cuando el jerarca de la Iglesia Católica se desplazaba en el papamóvil entre la plaza San Francisco de Asís y la casa de doña Lorenza, en un barrio popular de Cartagena.

Así quedó el Papa Francisco luego del golpe con el papamóvil. FOTO AFP

Así quedó el Papa Francisco luego del golpe con el papamóvil. FOTO AFP

 

Una persona salió corriendo detrás del vehículo y le acercó a un niño pequeño, de dos o tres años de edad, pero cuando el Papa trató de tocarlo para darle la bendición, el  vehículo frenó levemente perdiendo el equilibrio y se golpeó la cara con el vidrio delantero del papamóvil.

El Papa no le dio importancia al incidente y siguió saludando a los fieles, aunque el guardia que lo acompaña lo auxilió de inmediato.

Ni el golpe ni el calor de Cartagena lograron opacar la sonrisa de Francisco, que esta tarde rezará el Angelus y oficiará la última misa en territorio colombiano antes de partir para Roma.

A la salida de la casa de doña Lorenza, el Papa les dijo entre risas a los periodistas “me di una puñada, estoy bien”, y siguió su camino.

En el último día de su visita a Colombia el Papa visita Cartagena donde eligió como primera parada en el barrio San Francisco. Luego se dirigió a la Iglesia de San Pedro Claver a rezar el Ángelus, allí pidió por la situación de Venezuela.

Las  Palabras de Francisco que  conmovieron  a  Cartagena

El Papa Francisco se prueba el sombrero vueltiao que le obsequiaron los niñas y niñas que lo esperaban en el aeropuerto de Cartagena.

El papa Francisco llamó este domingo a trabajar para dar dignidad a todos los descartados por la sociedad, los inmigrantes y los que sufren violencia y trata de personas, durante su mensaje antes del rezo del Ángelus en la ciudad de Cartagena, última etapa de su viaje a Colombia.

Tras visitar el santuario San Pedro Claver, el jesuita español conocido por su defensa de los esclavos africanos que llegaban al nuevo continente, Francisco celebró el Ángelus en la plaza lleva el nombre del santo.

Recordó que “todavía hoy, en Colombia y en el mundo, millones de personas son vendidas como esclavoso bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y por sus propios derechos”.

Y entonces llamó a “trabajar por la dignidad de todos nuestros hermanos, en especial por los pobres y descartados de la sociedad, por aquellos que son abandonados, por los emigrantes, por los que sufren la violencia y la trata”.

“Todos ellos tienen su dignidad y son imagen viva de Dios. Todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, y a todos nosotros, la Virgen nos sostiene en sus brazos como a hijos queridos”, agregó.

Para esa visita a Cartagena, el papa argentino eligió visitar dos lugares simbólicos de la desigualdad social existente en Colombia, la barriada marginada de San Francisco y la casa del santo.

En su discurso tras visitar la casa de San Pedro Claver y rezar ante sus restos, Francisco contó la historia del lienzo con la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá, la “patrona de Colombia”, para compararlo con las historias de marginación.

“Durante un periodo largo de tiempo esta imagen estuvo abandonada, perdió el color y estaba rota y agujereada. Era tratada como un trozo de saco viejo, usándola sin ningún respeto hasta que acabaron desechándola”, explicó

Fue entonces cuando, continuó el Pontífice, “una mujer sencilla, la primera devota de la Virgen de Chiquinquirá, que según la tradición se llamaba María Ramos, vio en esa tela algo diferente. Tuvo el valor y la fe de colocar esa imagen borrosa y rajada en un lugar destacado, devolviéndole su dignidad perdida”.

“Supo encontrar y honrar a María, que sostenía a su Hijo en sus brazos, precisamente en lo que para los demás era despreciable e inútil”, destacó.

Francisco usó este ejemplo para elogiar a quienes “de diversas maneras, buscan recuperar la dignidad del hermano caído por el dolor de las heridas de la vida, de aquellos que no se conforman y trabajan por construirles una habitación digna, por atender sus necesidades perentorias”.

Recordó que Isabel, una mujer indígena, y a su hijo Miguel, “les dio la capacidad de ser los primeros en ver transformada y renovada esa tela de la Virgen” porque “son los pobres, los humildes, los que contemplan la presencia de Dios, a quienes se revela el misterio del amor de Dios con mayor nitidez”.

Sobre Pedro Claver explicó que el jesuita se hizo llamar “esclavo de los negros para siempre” y que esperaba las naves que llegaban desde África al principal mercado de esclavos del Nuevo Mundo.

“Muchas veces los atendía solamente con gestos evangelizadores, por la imposibilidad de comunicarse, por la diversidad de los idiomas. Sin embargo, Pedro Claver sabía que el lenguaje de la caridad y de la misericordia era comprendido por todos”, explicó.

“Incluso cuando repugnaban, porque pobrecitos venían en un estado terrible, él les besaba las llagas”, agregó.

San Pedro Claver “ha testimoniado en modo formidable la responsabilidad y el interés que cada uno de nosotros debe tener por sus hermanos”.

Y por ello, recordó Francisco, “debió enfrentar duras críticas y una pertinaz oposición por parte de quienes temían que su ministerio socavase el lucrativo comercio de los esclavos”.

Además, el Papa rezó por la vecina Venezuela, pidió rechazar todo tipo de violencia en la vida política y que “se encuentre una solución a la grave crisis que se está viviendo y afecta a todos, especialmente a los más pobres y desfavorecidos de la sociedad”.

Congregaciones de todos los rincones de la Región Caribe hacen presencia en el muelle de Cartagena con la esperanza de encontrar un buen sitio que les permita ver de cerca al sumo Pontífice en la misa que oficiará cerca de las 4:30 de la tarde.

Redacciòn