
No más violencia urbana y muertes inocentes, clamaron los habitantes del municipio de Puerto Tejada, al Norte del Cauca, con sus banderas blancas y pancartas, en la caminata que realizaron este viernes para protestar contra quienes vienen generando miedo, zozobra e intranquilidad ciudadana.
El fenómeno de las pandillas juveniles y sus constantes enfrentamientos en los distintos barrios han hecho que las gentes reclamen una mayor solución de fondo de parte de las autoridades.
La violencia urbana y la inseguridad muchas veces relacionadas con actividades criminales asociadas especialmente con el microtráfico de sustancias alucinógenas ,el hurto de motos, celulares y atracos indiscriminados, han expuesto a esta población a numerosas violaciones de los derechos humanos, presentándose lamentablemente muertes por las llamadas “balas perdidas”.

Los Portejadeños salieron a las calles motivados por un colectivo de jóvenes que entre otras cosas piden en forma expresa el derecho a la seguridad frente al delito o a la violencia interpersonal o social, cuya prevención y control es el objetivo de las políticas sobre seguridad ciudadana, exigiendo de las instancias gubernamentales mayor compromiso que garantice paz y tranquilidad en un territorio en donde los derechos particularmente son afectados por conductas violentas o delictivas.
Las políticas adoptadas hasta el momento para el caso de Puerto Tejada han enfatizado más la adopción de medidas represivas y preventivas por parte de la Policía Nacional y las autoridades judiciales que vienen trabajando arduamente en ese sentido, sin que por parte de los gobiernos se aborde seriamente las causas profundas de la violencia urbana esperando resultados visibles en la reducción de los niveles de misma mediante un trabajo articulado en ese sentido.

Por ello, la sociedad civil en la región han encontrado en esta movilización al necesidad de fortalecer su capacidad o influencia para reclamar a los gobiernos medidas adecuadas que traiga nuevamente la tranquilidad y paz ciudadana en municipio caracterizadamente alegre y bullanguero.
En esta ocasión los habitantes salieron a las calle a protestar contra los violentos y pidiendo paz , para que la problemática de la violencia, la delincuencia, la criminalidad, la inseguridad y sus formas de atención y prevención constituyan una de las preocupaciones prioritarias.
Una comisión del ministerio del interior hizo presencia en esta movilización y conjuntamente con los organizadores de la marcha, las autoridades locales y voceros de la comunidad se llegó a un acuerdo para instalar mesas de diálogos y concertación que busquen salidas viables a este flagelo social.
Según se palpa en el ambiente y encuestas de opinión, la violencia urbana y la inseguridad ciudadana en Puerto Tejada han reemplazado la preocupación por la pobreza y la desocupación, la falta de servicios públicos como temas de mayor atención, pues la intranquilidad, el miedo, el temor y el desasosiego se han apoderado de la mayoría de sus habitantes, pese a la ardua tarea de las autoridades policiales.
Los habitantes de Puerto Tejada en muestra de unidad en torno a los temas que preocupan a la ciudadanía y con amplio sentido de pertenencia con respeto y amor a su natal terruño, marcharon contra los grupos poblacionales que -en una suerte de estrategia de sobrevivencia-cotidianamente se instalan en diferentes espacios públicos para aprovechar cualquier circunstancia o situación que les permita el actuar delictivo.
Fue un No rotundo …! contra el comportamiento de aquellos jóvenes que territorializan con las “fronteras invicibles” algunos espacios públicos para cometer ciertos hechos antisociales y antijurídicos que viabilicen la supervivencia cotidiana a su escogido estilo de vida recurrente en el facilismo.
A esta jornada cívica concurrieron algunos dirigentes y líderes comunitarios de poblaciones vecinas así como el propio Alcalde Municipal Tobías Balanta Murillo, el personero Municipal, Leandro Herrera, concejales y voceros de diferentes sectores de Puerto Tejada.
Esta marcha podría ser la antesala a una protesta más generalizada para exigirle al gobierno mayor atención y solución a las problemáticas de esta población Nortecaucana que esta vez, está dispuesta a no dejarse amilanar por la violencia y la inseguridad, pero que también exige soluciones nuevas a viejos problemas.
Fotos: Gloria Inés López Orduy – Carlos Arturo Lasso Vásquez









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