Cinco razones para leer Cien años de soledad
Por mucho tiempo le saqué el cuerpo a Cien años de soledad (1967). Sentado apaciblemente sobre el librero del estudio, aquel libro de apariencia erudita, de pasta gruesa y colores sobrios, se me antojaba aburrido. Pero llegó el día (o… Continuar leyendo
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