Este Jueves 11 de Mayo Villarica al Norte del Cauca nuevamente marchÓ contra todas las expresiones de violencia que se han ensañado en un municipio que se resiste a dejar de ser un modelo de progreso, desarrollo, sana convivencia y buen vividero.
Una población que se precie de referente, de empuje y futuro promisorio no puede acostumbrarse a que la violencia campee impunemente en sus calles.
Los marchantes rechazaron que cada nueva noticia de una riña de intolerancia, un tiroteo entre padillas o un atraco a un transeúnte que desemboca en un asesinato vuelve a traer al frente la necesidad de reflexionar acerca de la efectividad de las medidas que se están adoptando para intervenir la situación y la reacción de sus pobladores para no permitir que la calma, la alegría y sonrisa de sus gentes desaparezca.
Son innegables los esfuerzos de las autoridades para atajar la inseguridad. Se han tomado medidas de choque, como los patrullajes de la policía, el ejército y los organismos de seguridad, a la par que se han anunciado proyectos como el incremento de cámaras de vigilancia, la evaluación de nuevas oportunidades para los jóvenes en alto riesgo. Así mismo, se estimula la concientización que el grave problema de la inseguridad es un tema de ciudad que atañe a todos.

Pero tampoco se puede negar que la tarea sigue sin resolver, y que cada día se registran nuevas víctimas urbanas que apremian a contemplar otras formas de resolver el problema. Está claro que la solución pasa por avanzar hacia un mayor entendimiento del fenómeno, pero también que no debe haber más demora en el propósito de evitar que el derramamiento de sangre de a veces habitantes inocentes sea una noticia cotidiana.

El problema social de la inseguridad ciudadana de Villarica hoy por hoy se ve reflejada por varios factores , primero la familia, muchos hogares disfuncionales con padre ausentes ,es el reflejo de que el niño u adolescente tome su propia vida uniéndose a personas de mal vivir, el ausentismo de estos padre hacen que estas personas busquen el camino malo como son las drogas, las malas juntas y la delincuencia, en segundo lugar, el entorno social , en tercer lugar la escuela, el sistema educativo local fallido y en ultimo pero nada alentador es la falta de oportunidades que no se le dan a estas personas, es por eso que algunos se sienten seres sin futuro, sin proyectos y crean en su personalidad antisocial que conlleva a cometer crímenes.

Fenómeno que no es exclusivo de la tierra de Adrían Ramos, pues poblaciones vecinas como Puerto Tejada y Santander de Quilichao, también experimentan este flagelo en el que lamentablemente han caído centenares de jóvenes que andan por el camino equivocado.
Es por ello que Villarica intenta nuevamente mediante una nutrida marcha ciudadana rechazó con valentía, sentido de pertenencia y amor por la tierra, la aptitud irresponsable de los violentos que camuflados en los expendios de los alucinógenos, el microtráfico y el facilismo, están generando temor, miedo, zozobra e inestabilidad de un comunidad que tiene un pasado grandioso de gestas históricas tradicionales de sus antepasados y futuro por construir.
Los manifestantes en esta movilización hicieron un llamado para que «Entre todos y con el esfuerzo de las autoridades y gobiernos debe frenarse el avance delincuencial que kha puesto en jaque una comunidad que quiere abrirse a los espacios de bienestar y progreso sus habitantes».
Esto no se compadece con los progresos que el municipio viene experimentando comparativamente en otras áreas igualmente cruciales para su íntegro desarrollo ha logrado con sus gobernantes y dirigentes.

Quienes organizaron esta movilización señalaron que «Estos solo podrán consolidarse en el tiempo en la medida que Villarica sea verdaderamente una mejor ciudad para vivir, a todo nivel, por lo que no se puede permitir que se siga ahondando el deterioro de la percepción de inseguridad ciudadana, en donde debe respetarse la dignidad humana y sus derechos».
La preservación de la tranquilidad urbana es una tarea que no solo convoca a los administradores públicos de Villarica. «La sociedad civil, el sector privado y las fuerzas vivas también deben contribuir más activamente a ayudar a entender lo que sucede, e intervenirlo con actuaciones puntuales en sectores donde las condiciones sociales propician una concentración de actividades ligadas a la violencia como modo de subsistencia». Sostuvo Geovanetty Ordóñez, líder comunitario y empresario artístico.
Tampoco es conveniente desdeñar, de un tajo, que detrás de la inseguridad exista un drama social de alto nivel en algunos sectores. Más allá de la cobertura alcanzada con los programas sociales, es importante revisar qué opciones de inclusión educativa y laboral que se les están brindando a los jóvenes más vulnerables. ¿Qué tan efectivos han sido los subsidios y políticas de asistencia para ayudar a que jóvenes y sus hogares encuentren su realización como individuos independientes, que rompan el ciclo de la violencia y la pobreza?

Hay que solidarizarse con las gentes de Villarica en esta movilización contra los violentos y delincuentes que amenazan con su característica alegría desbordante y ganas de salir adelante pese a las adversidades cotidianas de miles de hombres y mujeres que sueñan un mejor futuro para las nuevas generaciones.
Vale preguntárselo. Porque además de romper la tranquilidad ciudadana, cada nueva víctima de la violencia urbana deja en el aire la impresión de que algo podríamos hacer mejor.
Fotos: Gloria Inés López Orduy








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