Cuando éramos niños, mi hermano Harold y yo acompañábamos a nuestro padre Agustín Charrupí a la Galería Central de Cali.
En ese tiempo no existía la de Santa Helena, con el fin de cobrarle cada mes el arrendamiento de un potrero para cebar ganado en corregimiento de Timba a un joven mulatón, hijo de negros cimarrones del municipio de Padilla, llamado Roberto Silva.
Nos llamaba la atención que alguien vendiendo tomates en la galería pudiese al mismo tiempo criar ganado de ceba, actividad en aquel entonces de ganaderos, sin embargo, advertimos que también sembraba maíz y soya en Padilla y que para este señor no había sábados ni domingos, era un ejemplo al “excesivo” trabajo, creíamos nosotros cuando años después asistíamos al sepelio de su señor padre muerto por uno de los toros que el cebaba, en una faena de trabajo.
Pasaron los años y Roberto seguía trabajando, dando comida y empleo a paisanos y familiares afrocolombianos de los municipios de Puerto Tejada, Padilla, Quilichao, Corinto, Caloto Buenos Aires y Cali.
Educó su familia formándoles el hábito del trabajo y con tesón y mucha perseverancia se convirtió Roberto en un buen ejemplo para los afrocolombianos del norte del Cauca.
Ahora tiene 87 años y lo han secuestrado. A sus captores, si tienen algún propósito político les digo que cogieron a la persona equivocada, pues Roberto Silva es para toda la comunidad negra del norte del Cauca uno de nuestros intocables mayores, como lo hemos aprendido ancestralmente, no solo porque es un hombre hecho a pulso, que nunca ha descansado en este difícil medio capitalista, más para un negro campesino, sino porque Roberto Silva por su edad merece respeto, aunado a sus quebrantos de salud.
Este es un hombre digno y honrado, ejemplo de laboriosidad y trabajo para toda Colombia, les solicitamos a quienes lo tengan secuestrado !LIBERENLO YA!.
Por : Néstor Raul Charraupí Jiménez
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