El médico epidemiólogo caucano Rodolfo Moreno Mina constructor de paz entrega su opinión y experiencia sobre el tema del proceso de paz y las oportunidades que ofrece el escenario del posconflicto para las comunidades y las regiones que históricamente han sido afectadas por el conflicto armado.
El desafío más importante de una estrategia de comunicaciones para el posconflicto es lograr que cada persona sienta que la paz le atañe directamente. Si no hay ciudadanos que la asumen como propia, diciendo esto es conmigo, no hay paz. Habrá un proceso de fin del conflicto, pero no un escenario para la construcción de una paz sostenible.
Esa actitud individual de literalmente adueñarse de la paz es indispensable. ¿Qué puedo hacer yo por la paz de Colombia? ¿Yo estudiante, ama de casa, sindicalista, dueño de empresa, campesino, chofer de bus, banquero, empleado de fábrica? Si es empresario, reinvierta las utilidades en Colombia y no las invierta en Miami; si es sindicalista, pelee por los derechos de los trabajadores sin tirar piedra; si es ama de casa, inculque a sus hijos los valores de respeto a los demás y no la violencia; si es estudiante, prepárese lo mejor que pueda y quédese a trabajar en Colombia.
Cada acto que hacemos cada día puede contribuir silenciosamente a la paz o al conflicto. Siempre es una decisión personal y es la actitud con la cual asumimos el momento histórico que vive Colombia.
La paz que queremos construir es para todos los habitantes de Colombia y no solo para los guerrilleros. Si la paz no significa algo concreto para cada colombiano, se convierte en un proceso sin respaldo popular mayoritario.
Así, el posconflicto, o como se prefiere llamarlo, la ‘construcción de una paz sostenible’, no se puede limitar al cumplimiento de unos eventuales acuerdos suscritos entre el Gobierno y la guerrilla. Ello, por supuesto, hay que hacerlo, pero es apenas una parte del posconflicto y quizás no sea la más ambiciosa.
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