Día clave para el futuro de Venezuela este 19 de Abril

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Gran espectativa se  cierne  sobre  Venezuela con ocasión de  las  movilizaciones  masivas  que se esperan con ocasión del Día  de  la  Independencia en medio de  un país en crisis  y  polarizado al extremo y sobre el cual están los  ojos  del  mundo.

Una es la “Gran Marcha por la Independencia y Defensa de la Patria” y la otra “Contra el Golpe”. Dos movilizaciones de calle que este miércoles 19 de abril signan los espacios urbanos de Venezuela, con intenciones de definir la lucha política que los dos bandos polarizados y diametralmente opuestos mantienen.

Caracas, la capital de la República, sigue siendo el punto geográfico de honor de estos dos grupos. La lectura que se haga de los hechos que ahí sucedan representará el éxito o no de una y otra.

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Sin embargo, en el interior del país igualmente se espera ver y escuchar a los ciudadanos que por un lado defienden la Revolución Bolivariana y el gobierno del presidente Nicolás Maduro, y, por el otro, los que lo adversan y más bien buscan -vía constitucional- un cambio total de su estructura, ideología y mandato.

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Se trata de dos expresiones urbanas que cada bando político califica como «histórica», no solo por enmarcarlas en el significado que el 19  de abril de 1810 tiene en la lucha por la independencia venezolana, sino porque para cada uno se trata de una nueva medición de fuerza política, que aspiran se compruebe en la asistencia masiva -y por separado- de sus seguidores.

Gran Marcha por la Independencia y Defensa de la Patria

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El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, aseguró que para el miércoles la Revolución Bolivariana llenará las calles de Caracas, manteniéndose “prestos, alertas, pendientes de lo que ocurra”, ya que, si fuera necesario impedirán “cualquier intención que tenga ‘la derecha’ de subvertir el orden constitucional”.

La caída de los precios del petróleo desde 2014 castigó a la economía venezolana, que recibe 96% de sus divisas de la exportación de hidrocarburos. El país debió reducir drásticamente las importaciones, lo que generó una escasez de todo tipo de bienes, lo que mantiene postrada a la industria local por falta de insumos.

El desabastecimiento se combina con la inflación más alta del mundo, que el FMI proyecta en 1660% para este año.

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Maduro atribuye el colapso a una «guerra económica» de empresarios y «poderes imperiales» que, según él, promueven un boicot para impedir que el país consiga financiamiento externo. Precisamente,  luego que  TSJ,  debió echar  marcha  atrás tras  intentar  asumir las funciones parlamentarias, el con lo cual se  autorizaba al gobierno a firmar acuerdos económicos sin aprobación de la Asamblea Nacional.

Diálogo fracasado

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Tras fracasar el intento de convocar al referéndum revocatorio, gobierno y oposición iniciaron un diálogo político en octubre pasado con acompañamiento del Vaticano y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), pero la MUD lo congeló en diciembre. La alianza opositora acusó al chavismo de incumplir acuerdos en cuanto a la definición de un calendario electoral y la liberación de un centenar de disidentes presos.

Para el ex candidato presidencial y líder opositor Henrique Capriles el diálogo fue una «trampa» que desmovilizó a la oposición justo cuando realizaba multitudinarias manifestaciones. «Tuvimos una puesta en escena que buscaba paralizar la presión internacional, las protestas y defenestrar a la oposición generándole costos muy altos» por pérdida de apoyo popular, señaló el analista Benigno Alarcón.

Criminalidad y derechos humanos

Opposition supporters clash with Venezuela's National Guards during a protest against Venezuelan President Nicolas Maduro's government outside the Supreme Court of Justice (TSJ) in Caracas, Venezuela March 31, 2017. REUTERS/Marco Bello

Agobiado por la crisis económica y política, Venezuela también sufre por la violencia en las calles. Unas 28,000 muertes violentas se registraron en el país en 2016 (91.8 por cada 100,000 habitantes), una tasa diez veces mayor a la media mundial, según la ONG Observatorio Venezolano de Violencia (OVV). A la vez, se multiplican las denuncias de violaciones de los derechos humanos por parte de la fuerza pública, como ajusticiamientos y allanamientos ilegales.

Redacciòn