Este domingo 19 de febrero Ecuador va a las urnas para elegir a un nuevo presidente y vicepresidente.
También se escogerán a todos los miembros de la Asamblea Nacional, el Parlamento ecuatoriano, y a cinco representantes al Parlamento Andino.
Y se realizará una consulta popular -conocida como «Pacto Ético»- impulsada por el actual mandatario Rafael Correa, que de ser aprobada prohibiría a funcionarios públicos tener bienes o capitales en paraísos fiscales.
Tras una década en el poder y tres victorias electorales, el presidente Correa no está en la contienda, así que el cambio de liderazgo es inevitable.
Cuando fue elegido por primera vez en 2007, formaba parte de un grupo de mandatarios de izquierda que gobernaban en Latinoamérica, como Néstor Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Inácio Lula da Silva en Brasil y Hugo Chávez en Venezuela.
El panorama ha cambiado y en países como Perú y Argentina han favorecido a candidatos conservadores.
En la elección de este domingo competirán ocho candidatos de diferentes vertientes políticas.
Los ecuatorianos deciden este domingo entre la continuidad del modelo de Socialismo del Siglo XXI, que lleva diez años en el poder, y las propuestas de una oposición fraccionada, pero convencida de que tiene posibilidades de gobernar si las elecciones llegan a segunda vuelta.
Las propuestas del oficialismo son defendidas ahora por el ex vicepresidente Lenin Moreno, quien aspira a suceder en la Presidencia a su compañero de filas Rafael Correa, ya que el mandatario planea apartarse de la política ecuatoriana y marcharse a vivir a Bélgica, el país de origen de su esposa, Anne Malherbe.
El modelo gubernamental, al que Moreno asegura que pretende imprimir un estilo propio, se conoce como la Revolución Ciudadana y es un proyecto izquierdista que busca la equidad, la erradicación de la pobreza y un bienestar social en el que el ser humano esté «por encima del capital» y en el que se terminen los privilegios solo para los ricos
Lenín Moreno es el candidato del Movimiento Alianza PAÍS. Favorito según los sondeos, es el encargado de gestionar la herencia del presidente saliente, Rafael Correa, de cuyo Gobierno fue vicepresidente entre 2007 y 2013.
Muy comprometido con la atención a la discapacidad, en diciembre de ese año fue nombrado por el entonces secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, Enviado Especial del Secretario General en Discapacidad y Accesibilidad. Se trasladó a Suiza y regresó a Ecuador a finales del año pasado para presentarse a las elecciones con Jorge Glas, actual vicepresidente del país, como compañero de candidatura.
Su principal contrincante es el empresario Guillermo Lasso, cuya intención de voto apenas supera el 20%. El candidato del Movimiento CREO, expresidente del Banco de Guayaquil, tiene una visión de país liberal en lo económico y antitética a la filosofía del «buen vivir» de Correa.
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