“Le hemos dado la cara a los medios, a las familias, al clero, a las víctimas y seguimos en ello”, declaró monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía arzobispo de la Arquidiócesis de Cali, en relación con los señalamientos del abogado defensor de cuatro víctimas de abuso sexual por parte del sacerdote William de Jesús Mazo Pérez, condenado en 2012 a 33 años de prisión.
El abogado Élmer Montaña había sostenido que los allegados de los menores están dolidos porque la Iglesia los responsabiliza y anotó que monseñor le ofreció pagarle honorarios para que no representara a las víctimas.
En relación con un documento en el que el abogado defensor de la Iglesia se refiere a la culpabilidad de los padres y de los mismos menores, monseñor dijo que “esa carta refleja la posición del abogado en términos jurídicos y en ellos se cita el Código Civil que habla de la responsabilidad de los padres en estos casos, creo que no se está diciendo que son culpables”.
Tras insistir en que a la Iglesia le “duele cada vez que ocurre algo por culpa de un sacerdote” y le “duelen las víctimas”, el religioso señaló que el responsable directo de los actos de abusos dentro de la Iglesia debe ser el párroco abusador y pidió perdón: “Pedimos perdón por esos hechos criminales cometidos por este sacerdote”.
La iglesia, a través de su abogado Walter Collazos, recalcó que los hechos no se presentaron dentro de «horarios institucionales», por lo que la culpabilidad es estrictamente del condenado.
Las declaraciones se realizaron en el marco del proceso legal que busca determinar la responsabilidad institucional de la curia en el caso, y por la polémica que desató la acusación del abogado de las víctimas, Elmer Montaña, quien dijo que la Arquidiócesis le ofreció pagar sus honorarios a cambio de que dejara de representar a las familias.
Sobre esto, Collazos aseguró que no es cierto que se haya intentado sobornar a Montaña. Además, ratificó la posición mostrada en días anteriores por la Iglesia en la que no se hace responsable por los casos de abuso del entonces clérigo.

«La Arquidiócesis nunca se enteró de que el sacerdote William de Jesús Mazo Pérez recibía a niños en las noches en la casa parroquial», dijo Collazos
«La confianza con un sacerdote es un derecho que se gana pero bajo ninguna circunstancia prima el abandono de los niños», aseveró. Y además rechazó «no estar al cuidado del deber intrínseco y natural de un padre de familia sobre sus hijos».

La defensa de la Iglesia recalca en el hecho de que los casos de abuso «no se realizaron en horarios institucionales ni en prestación de servicios. Mazo no estaba en funciones pastorales», por lo que los delitos no son del resorte de la institución.
Según las familias, el sacerdote decía realizar actividades de la banda de guerra de la Iglesia, y por ello los padres confiaron la integridad de los niños. Sobre esto, Collazos dice: «Yo no sabía que la banda de guerra funcionaba en la noche».
William de Jesús Mazo fue el párroco del templo de Nuestra Señora de la Candelaria del barrio Alfonso Bonilla Aragón al oriente de Cali.
La arquidiócesis de Cali recordó a la opinión pública, que siempre ha asumido el compromiso de acompañar a las víctimas que puedan existir por abuso o acoso sexual. Cuenta con un Decreto para la protección de menores y un manual de conducta difundidos dentro del clero.
Sobre el caso de Mazo Pérez, la Arquidiócesis recordó que se encuentra condenado penalmente a 33 años por abuso a menores, además explica que fue retirado del sacerdocio mediante Decreto emitido por la Santa Sede.
En cuanto al proceso que se adelanta contra la Arquidiócesis en la misiva se señala que actualmente la institución no tiene ninguna sentencia que la condene ni penal, ni civilmente frente a este caso en mención, “por tal motivo existe la presunción de inocencia, el derecho a la defensa y a un debido proceso al que se tiene derecho constitucionalmente ante las exageradas pretensiones económicas que se buscan”.





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