Abrió el festejo el colombiano Manuel Libardo ante un toro noble pero falto de emotividad en las embestidas,faena interesante con pases variados pero sin llegar a conectar la emoción en los tendidos, requirió de utilizar el descabello en dos oportunidades después de media estocada un tanto caída.
Le cupo en suerte el mejor toro del encierro, un precioso castaño, serio y bien armado, además de infinita nobleza que supo aprovechar en varias tandas por ambos lados. Faena artística dando muchos tiempos al toro, finalizó con apretadas manoletinas que se ovacionaron con fuerza.
Sin efectividad con la espada, dos pinchazos, estocada entera y un aviso hicieron rodar al toro con las orejas en su sitio.
También los fallos con el estoque le quitaron las orejas a Miguel Angel Perera, quien supo aprovechar con el capote las buenas condiciones de su primero.
Un gran toro que llegó a la muleta con buen son, bien aprovechado desde el inicio con pases de mucho mérito por la espalda en el centro del ruedo. Las series ligadas con mano muy baja de Perera fueron acompañadas con ‘Suspiros de España’ y los olés de la afición que supo apreciar el arte del extremeño.
Una pena la espada, dos pinchazos y una entera le quitaron las orejas de sus manos. Igualmente ocurrió lo mismo en el quinto, otro gran toro de Las Ventas, brindado por el diestro a los tendidos en muestra de cariño y afecto.
Faena llena de técnica, de torería que se ‘inventó’ ante la falta de clase del toro. Otra vez dos pinchazos antes de la estocada final, para recibir gran ovación.
La única oreja del festejo la cortó Pablo Hermoso en el último de la corrida, donde formó un alboroto desde el comienzo con las farpas de castigo arriba y las banderillas al quiebro con ese fenómeno de caballo ‘Disparate’ la estrella de su nueva cuadra.
Todas las suertes difíciles del rejoneo fueron ejecutadas con absoluta limpieza ante un toro bravo y templado en sus embestidas.
En su primer toro estuvo sensacional con otro gran caballo: ‘Tordinello’, puso la plaza en pié después de dos quiebros espectaculares saliendo con ajustadísimas piruetas.
Esta vez los rejones de muerte poco le valieron, necesitó entrar tres veces ante la desilusión de los tendidos.
Por: Alberto Lopera – Mundo Toro
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