Falleció a los 97 años Fabían López Castillo

diapositiva1

Registramos con gran profundo  pesar el fallecimiento a  los 97 años de edad de don Fabián López Castillo.

Don Fabián fue un gran líder campesino que despertó la admiración de todos nosotros quienes le  conocimos  porque no solo logró ser el jefe de una distinguida familia de Puerto Tejada, sino un connotado dirigente  y político que durante varias décadas demostró su lucha por el sector agrario y del campo de la región  e  igualmente  de los principios liberales.

Por ello nos sumamos a las múltiples manifestaciones de  condolencia que han recibido sus hijos, familiares, allegados y amigos.

Don Fabían  fue uno de  los  fundadores  de  la Asociación de Usuarios Campesinos de Colombia, concejal de   Puerto Tejada  y defensor de  las  ideas del  Liberalismo  Nortecaucano, caracterizándose por su  elocuencia, anécdotas y la grata jovialidad.

Compartimos  con ustedes esta  nota  publicada  hace 7  años  en  PROCLAMA DEL CAUCA

 

“La tierra es la única mujer que no se le va a uno”

Por: Luís Alberto Barrera M.

Dicen que con veinte años, todos tenemos el rostro que Dios nos ha dado; con cuarenta, el rostro que nos ha dado la vida y con más de ochenta, el que nos merecemos.

Fabián López Castillo, es de aquellos personajes sobrevivientes a la expansión del fenómeno de la caña de azúcar que absorbió la actividad productiva del campesinado en el Norte del Cauca, que aunque poseen unas pocas plazas de tierra resignadamente saben que no les produce “sino molestias y pérdidas”, pues las conservan más como apego y homenaje a la historia del campo que como medio para subsistir, lo que siempre ha reflejado en su recio, pero siempre amable rostro.

La formación del otrora próspero campesino nortecaucano tiene una historia de la cual los escasos hombres rurales de hoy son sus directos herederos. La autenticidad de sus tradiciones proviene de intentar recordar viva su cultura y los vínculos que lo atan a su trabajo y de mantener con firmeza su sistema de valores sociales y religiosos.

El cultivador de cacao, plátano, frutales y hortalizas, descendiente de los antiguos ex esclavos, el agricultor que aún se aferra a desaparecer, ocupa el territorio nortecaucano con su actividad incesante. Desde las primeras luces que despuntan al alba hasta los últimos reflejos del atardecer, la vida del campesino no conoce otro horizonte que el de su labranza, su pequeña era, el corral o el atajo, que lo lleva al bosque de su finca o aquel que señala la ruta hacia el mercado.

Así, lenta, paciente, humildemente, día tras día el campesino rodeado por un mar de caña de azúcar ha forjado una región rural que a decir verdad ha sido desplazado a medida que la zona se industrializa y sus centros urbanos crecen a un ritmo vertiginoso.

Convencido de que el hombre no se mide con la edad, se mide con prudencia, compasión y sabiduría, Fabián López Castillo a sus 90 años de edad, ha tenido tiempo para incursionar en la política y como liberal de vieja data, concejal y dirigente en la Asociación de Campesinos, siempre ha batallado con ideas en procura de la defensa del agricultor y el hombre del campo nortecaucano, para que nunca vuelvan a cometer el error de vender sus tierras, pues según él “La tierra, es la única mujer que no se le va a uno”.

Este veterano e inquieto líder campesino, técnico avícola, quien también ha sido cabildante de su pueblo, sostiene que “Las cosas se complican para el escaso campesino de Puerto Tejada y sus contornos. Por una parte hay muchos otros pequeños productores que desean vender, aunque el beneficio sea poco, y además no pueden esperar demasiado tiempo para hacerlo. La presión de la física hambre y las necesidades de sus familias, obliga a dar el producto a cualquier cotización, aunque sólo sea para recuperar el costo de la semilla, los fertilizantes y a lo mejor hasta el pago del crédito agrícola, que en muchas ocasiones los asfixia hasta obligarlos a salir de las tierras que heredaron”.

Como Liberal y en particular oratoria expresa que “si los gobiernos y el Estado no vuelven a mirar al campo difícilmente se puede reconstruir un país donde la agricultura campesina sea un actor relevante y digno, que contribuya a la seguridad alimentaria y la paz social.”.

 

 

Redacciòn