Fue Jorge Torres Victoria, conocido como ‘Pablo Catatumbo’, quien para la época era el máximo comandante de las Farc en la zona en nombre de las Farc pidió perdón en Cali a los familiares de los 12 diputados , secuestrados por esta guerrilla el 11 de abril del 2002, y a la familia del policía Carlos Alberto Cendales, asesinado ese día en el recinto de la Asamblea cuando intentó alertar sobre ese hecho.
El acto se cumplió en la iglesia de San Francisco, a 300 metros de la sede de la Asamblea del Valle. A la entrada estaban las fotos de los 11 diputados que murieron en cautiverio el 18 de junio del 2007, y la foto del policía sacrificado.
Fue un acto íntimo, solo ingresaron los familiares, Catatumbo, Félix Antonio Muñoz, conocido como ‘Pastor Alape’; Victoria Sandino, Lucas Carvajal y Edgar López, alias Pacho Chino, a quien se responsabiliza del secuestro y quien en los últimos meses ha venido comandando esta agrupación insurgente en todo el Norte del Cauca.
Los familiares de las víctimas se mostraron más tranquilos después de escuchar ese perdón, pero advirtieron que solo se ha cerrado un primer capítulo en todo este episodio. Consideran que el Estado por su negligencia e incapacidad también deberá pedirles perdón.
“Pedimos que el Estado reconozca su responsabilidad en los hechos, por no haber garantizado la seguridad de los diputados. Permitió el secuestro, no fue capaz de llegar a un acuerdo humanitario y no fue capaz de proteger la vida de nuestros familiares”, dijo Angela Giraldo, hermana de Francisco Javier Giraldo, una de las víctimas.
“Las Farc pidieron también perdón a toda la sociedad vallecaucana, reconocieron que no fue un secuestro contra los 12 hombres, sino contra la institucionalidad. Por eso nosotros también reclamamos que el Estado pida perdón. Uno no es responsable solo por acción, también por omisión. El Gobierno de ese entonces tenía las armas legales, jurídicas y políticas para negociar y regresar con vida de nuestros familiares, y no lo hizo”, dijo Fabiola Perdomo, esposa del entonces presidente de la Asamblea, Juan Carlos Narváez.
Catatumbo también aclaró que Sigifredo López, el único diputado sobreviviente a este secuestro, no tenía ninguna responsabilidad con este hecho.
“Quiero confesarles que para mí y para mi familia ha sido muy difícil ser el único sobreviviente de una masacre tan horrible. Si ustedes hubieran asumido la responsabilidad por el asesinato de mis compañeros y hubieran contado toda la verdad al país, a mí jamás me hubieran puesto preso y habrían aliviado la carga de incertidumbre y dudas de los familiares”, les dijo López, a los representantes del secretariado de las Farc.
La ceremonia fue presidida por el arzobispo de Cali, monseñor Darío Monsalve. «Usted, Sigifredo López, sobreviviente, y ustedes familiares de los diputados, dejarán de ser víctimas atadas a la tragedia porque Colombia los necesita ahora a todos como luchadores tenaces por la dignidad y en el camino para construir juntos nuestra nación», dijo el arzobispo.
«Esperamos que el futuro permita sanar las heridas y construir una nación más justa para todos los colombianos», aseguró Torres Victoria, vestido de blanco como el resto de los asistentes.
Durante su intervención, ‘Catatumbo’ reconoció que las Farc son conscientes «del profundo dolor que causaron a los familiares» de las víctimas. También, el líder guerrillero aprovechó para manifestar que «Sigifredo jamás ha sido militante, simpatizante o colaborador nuestro y lo ocurrido con los montajes judiciales en su contra no son otra cosa que una revictimización absurda e indigna en contra de su persona».
Alan García Director de la Oficina Nacional de Atención a las Víctimas se mostró satisfecho por este acto d e reconciliación entre las Farc y los Familiares de las víctimas de este secuestro múltiple y posterior masacre de los Diputados Vallecaucanos.
La ciudad de Santiago Cali, que hace nueve años se vistió de luto al conocer que once de los doce diputados de la Asamblea del Valle que permanecían secuestrados por las Farc habían sido asesinados en un confuso enfrentamiento entre las mismas tropas guerrilleras, este sábado vivió el primer acto de reconocimiento de responsabilidades y petición pública de perdón por parte de la insurgencia.
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