
Un dramático caso vivió Cali esta mañana cuando una joven mujer arrolló con su vehículo dos motocicletas, buscando frenar el robo de su teléfono celular, en un hecho ocurrido en plena calle quinta con carrera 84 en el sur de la capital del Valle.
La versión de las autoridades señala que la mujer salió del gimnasio ubicado en un segundo piso y allí es amenazada por un delincuente que la despoja de su teléfono.
Ella entregó el equipo, pero cuando el delincuente tomaba velocidad en su motocicleta, la señora arrancó a toda velocidad y arrolló al hombre y a un joven menor de edad ocupante de otra motocicleta.
La persona fallecida es un menor de edad de quince años, de nombre Santiago, según la versión preliminar del coronel Javier Martin, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Cali.
Contó el coronel Martin que el capturado también tenía en su poder los documentos de la motocicleta de la persona que murió arollada en el lugar.

Familiares en Pereira del joven de 16 años, Santiago Echeverry Bañol,que murió arrollado por una mujer en su vehículo, luego de que le fuera hurtado su celular al sur de Cali, pidieron en las últimas horas justicia debido a que la mujer víctima del atraco, no fue detenida y para limpiar el nombre del adolescente.
La tía de Santiago Bañol, Yesenia Bañol, aseguró que su sobrino no era un delincuente y que lleva tres meses trabajando como motoraton, para ayudar a sus dos hermanas.
La mujer que arrolló al joven Santiago Echeverry Bañol, de 16 años, no fue detenida, aunque está vinculada a una investigación por el accidente de tránsito en un posible homicidio culposo, revelaron fuentes de la Fiscalía.
Como es normal, la noticia generó voces a favor y en contra, no obstante, la reacción de la mujer ante el atraco ha sido justificada por muchos que consideran apenas justo su actuar ante la imposibilidad de las autoridades de llevar tranquilidad a las calles de Cali. Otro caso de justicia por mano propia, como los que se ven a diario en el país.
Para el abogado penalista Iván Cancino, la vida está por encima de la propiedad, “lo que pasa es que la mujer puede tener una justificación de exceso por legítima defensa, luego, la responsabilidad va a ser atenuada y ella, seguramente, no va a responder por un homicidio agravado”.
Cancino considera que estos hechos son el reflejo del desespero de la ciudadanía de un país en el que las medidas que toman las administraciones locales no sirven de mucho, como la prohibición del parrillero. “Si no pueden ir en una moto, atracan en dos”, concluye.
Y casos en los que las víctimas arremeten contra sus victimarios hay muchos. El pasado mes de mayo, en una calle de Bogotá se presentó un polémico caso en el que una mujer que había sido robada capturó al presunto ladrón, lo obligó a quitarse la ropa y, luego, a correr desnudo por la calle. Aplausos y condenas tuvo la actuación de la mujer, sin embargo, estas situaciones deberían ir más allá de las circunstancias.
El debate es largo y, lo cierto, es que muchos colombianos prefieren castigar a los delincuentes por su cuenta que esperar procesos que, no en muy pocas ocasiones, los dejan de nuevo y en pocas horas en las calles.
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