
Los dos últimos pronunciamientos del presidente Juan Manuel Santos en torno paz, en menos de tres días, además de generar preocupación por el contenido de los mensajes, son contraproducentes para el proceso que tanto ha defendido el Mandatario.
Así lo ven analistas e incluso cercanos al Ejecutivo que creen que el Jefe de Estado se está equivocando, pues con esos comentarios se le puede hacer más mal que bien a su bandera de Gobierno. Además esas salidas (de Santos) son aprovechas por la oposición para reforzar su trabajo contra el proceso de paz.
El primer pronunciamiento polémico del Mandatario ocurrió el jueves pasado el Mandatario en pleno Foro Económico Mundial, en Medellín, cuando aseguró que “ si el plebiscito no se aprueba volvemos a la guerra, así de sencillo, no es que vamos a volver a la mesa de negociación, volvemos a la guerra. Esa es la verdad”, dijo tras agregar que tenía información amplia que la guerrilla estaría preparada para volver a la guerra y que “sería una guerra urbana”…
Aunque esa misma noche Santos trató de corregir lo dicho ante la polémica que se suscitó, en diferentes sectores eso se interpretó como una amenaza para que la gente vote a favor del plebiscito.
Cuando la controversia por esas declaraciones aún no se había apagado, ayer el Mandatario generó una nueva, al asegurar en entrevista con el Canal Institucional que se ha dicho que se van a subir los impuestos para pagar la paz, pero, sostuvo, es lo contrario: “ Si llega a continuar la guerra , ahí sí tenemos que subir lo impuestos para financiarla. Las guerras son muy costosas”, tras agregar que con la paz se podrán tener más recursos para invertir en educación, salud, que es lo que va a pasar con la paz.
Tal como sucedió el jueves, los primeros en reaccionar fueron los miembros de la oposición, el Centro Democrático, quienes aseguraron que esta era una nueva amenaza.
“Esta reincidencia intimidatoria del Presidente de la República, implica o que la situación es muy grave o que él a todo trance, intimidando a los colombianos quiere que se apruebe todo lo de las Farc en La Habana. Negar lo de las Farc en La Habana es hacerle un favor al país, los que con su abstención o con su no, derrotaran el plebiscito del Gobierno no es porque quieran la guerra, sino porque quieren la reorientación del proceso”, dijo el senador y ex presidente Álvaro Uribe.
El ex mandatario fue más allá y aseguró que “se gastaron la plata con el derroche, de todas maneras van a subir los impuestos y ahora quieren intimidar a los colombianos con el cuento de las Farc vinculándolos a más impuestos”.
El senador uribista Ernesto Macías Tovar, en su cuenta de Twitter escribió: “Ahora Santos amenaza con más impuestos si los colombianos no le apoyan su negociado de La Habana. La angustia lo llevó al desespero total”.
Pero las declaraciones del Presidente no sólo son cuestionadas por la oposición. Las críticas también vienen de los partidos de la coalición de Gobierno. El senador liberal Juan Manuel Galán dijo que los debates hay que darlos por separado porque es inconveniente unir los dos temas, es decir paz e impuestos.
El también senador de la Alianza Verde Antonio Navarro dijo que al Presidente cada vez que hable hay que ponerle telepronter.
¿Estrategia o equivocación?
El director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, Camilo González Posso, al hacer una lectura a las advertencias de Santos, considera que de ser una estrategia es mala y contraproducente, “porque se gana más si muestra lo positivo y las ventajas de la paz, como por ejemplo que permitirá crecimiento económico, se logrará armonía y se salvarán vidas. Eso es mejor que estar diciendo que voten porque viene el lobo”.
El analista agrega que esos mensajes, parecieran estar dirigidos a que reaccione un sector de opinión y gente de altos ingresos, “confunden, son poco eficaces e incoherentes”, argumenta González, tras añadir que la reforma tributaria hay que hacerla, pero no para castigar a la gente sino porque se necesita.
El politólogo Luis Felipe Barrera Narváez cree que el Presidente no está cometiendo lapsus sino que está recurriendo a una estrategia, y más que amenazar a la ciudadanía, como lo perciben muchos, evoca erráticamente aspectos funestos de la guerra.
“Esta enfrascado y se resbala en sus propias declaraciones. La reincidencia demuestra que es una estrategia y no un lapsus. No puede seguir por esa vía. Es un tono de campaña”, explica.
Barrera Narváez considera que Santos apela al miedo para justificar la paz, y coincide con González Posso en que el Presidente debe asociar su discurso a emociones, valores y narrativas positivas como al esperanza, el fin de la violencia entre hermano y la construcción colectiva de país.
“Santos está realzando bruscamente los costo humanos y materiales de continuar el conflicto armado, si la paz no prospera. La forma en que lo está haciendo distorsiona el mensaje y parece chantaje. Todo se debe a graves errores de comunicación y debe cambiar de énfasis en su discurso”, añade el politólogo.
Finalmente Luis Felipe Barrera sostiene que el mandatario en vez de desacreditar a los opositores relacionándolos con los costos de una eventual prolongación de la guerra, está afectando la frágil imagen del proceso de paz y le da más municipio a la furia uribista.
EL PAIS CALI
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